Seguro que en el ámbito laboral has escuchado más de una vez eso de buenas prácticas, ¿verdad? Cuando se mencionan, se hace referencia a todas aquellas acciones que se guían por unos principios, objetivos y procedimientos que se adecúan a determinadas normativas consensuadas, además también se refiere a aquellas experiencias que han dado resultados positivos y, por lo tanto han demostrado su eficacia.
Se trata de un término muy utilizado en el entorno laboral debido a que sirven como marco general para variedad de situaciones. Por ejemplo, la empresa puede implementar buenas prácticas para que sus trabajadores realicen las tareas en las mejores condiciones posibles.
Características de las buenas prácticas
Para que unas buenas prácticas loguen ser realmente eso, deben contar con las siguientes características:
Demostrar su validez mediante buenos resultados.
Mantenerse sostenibles en el tiempo mediante resultados y efectos duraderos.
Deben ser innovadoras.
Ayudan a minimizar los riesgos.
Responden a necesidades específicas.
Ayudan a crear una guía de procesos.
Tienen en cuenta la evaluación de acciones y procesos, así como la retroalimentación.
Como ves, trabajar las buenas prácticas de la empresa a ahorrar tiempos, optimizar los procesos y evitar los errores, algo que conduce, por su puesto al éxito de los resultados.
