Una excedencia se entiende como una suspensión de la relación laboral, pero existen diferentes modalidades. Nosotros nos centraremos en la excedencia voluntaria, aquella en la que el trabajador decide estar en esa situación de forma voluntaria para atender intereses personales. La diferencia con otros tipos de excedencias es que para que esta tenga lugar debe reunir unas causas concretas.
La criris del COVID-19 ha afectado a todos nuestros ámbitos de vida, incluso el laboral, es por ello que mediante el Real Decreto-Ley 8/2020 se tomaron medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19. Estas regulan las medidas para favorecer la conciliación laboral, permitiendo que los trabajadores por cuenta ajena puedan cuidar a personas dependientes por circunstancias excepcionales relacionadas con el coronavirus. Además, también pueden acceder a reducciones de jornada.
En este artículo, encontrarás un modelo de solicitud de excedencia para el cuidado de un familiar afectado por el COVID-19.
Ante estas nuevas circunstancias, las empresas deben realizar una gestión efectiva del personal durante la Pandemia y que así los empleados se sientan seguros. Así como revisar los procesos de contratación en tiempos de COVID-19.
Todo aquel que quiera ejercer el derecho de la baja voluntaria debe tener, al menos, una antigüedad en la empresa de 1 año, y si ha pedido antes una excedencia, debe superar un periodo de espera de 4 años.
Demás, la duración la duración de la excedencia abarca un período no menos a 4 meses y no mayor que 5 años. Todo esto siempre se ha de someter a negociación colectiva y se ha de tener en cuenta que la excedencia no se trata de un derecho imperativo absoluto, sino que tiene carácter relativo.
Si la empresa aprueba la solicitud, el empleado puede iniciar su excedencia voluntaria sin la necesidad de argumentar la causa, por lo que podría ser una excedencia derivada de la situación de emergencia por el COVID-19.
¿Se puede solicitar la excedencia estando en ERTE? Bien, puede ser que un trabajador decida solicitar una excedencia voluntaria formando parte de un ERTE, y la empresa debería aprobarla si el trabajador cumple los requisitos. No obstante, difícilmente un trabajador solicitaría esto teniendo en cuenta la pérdida de derechos que supone.
En una excedencia voluntaria la empresa deja de cotizar debido a la no prestación de servicios, por lo que pierde el derecho a las prestaciones de Seguridad Social, al contrario de lo que sucede durante una suspensión de contrato que tiene causa directa a las pérdidas de actividad como consecuencia del COVID-19. Así pues, si la empresa ha solicitado un ERTE, como trabajador, es mucho más beneficiosa esta situación que la de una excedencia voluntaria.