En el libro El juego infinito ¿Sabes a qué estás jugando? (gestión del conocimiento) de Simon Sinek se trata el concepto de infinito y finito desde el punto de vista empresarial que siempre alude a juegos infinitos, debido a que el juego de la empresa no termina cuando se revisan los resultados anuales. Si buscas motivar a tus empleados sigue leyendo, Sinek arroja luz sobre cómo ser mejor líder empresarial.
Lo líderes deben mirar más allá de las acciones y ayudar a los empleados a sentirse comprometidos e impulsados por sus laborales. De forma que se potencie la fuerza laboral y se incremente el compromiso con la empresa. Y esta finalidad sólo se consigue mirando al infinito.
En este sentido, Sinek señala que los líderes finitos no se preocupan por las perspectivas a largo plazo en las empresas, y dejan al margen otras partes interesadas como los empleados o su repercusión en el medio ambiente. En definitiva, un líder finito sólo se centra en extraer todo el valor posible de la empresa. Dicho comportamiento sólo abarca catástrofes y la destrucción de puestos de trabajo e incrementa la tasa de rotación del personal.
Sin embargo, este tipo de pensamiento es un error, dado que el dinero por sí sólo no impulsa el compromiso de los equipos. Es esencial dar un vistazo más allá de la necesidad de obtener ingresos y ganancias, los empresarios deben crear un ambiente laboral positivo, seguro y agradable que favorezca el desarrollo de los empleados.
El verdadero valor de una organización se mide por el deseo que los demás tienen de contribuir a la capacidad de esa organización para seguir teniendo éxito.
El juego infinito ¿Sabes a qué estás jugando? (gestión del conocimiento) de Simon Sinek
Los líderes están inmersos en un proceso continuo de competencia, pero las empresas deben tomar decisiones que las posicionen para la longevidad. Los líderes que se centran en aterrorizar a la fuerza laboral, recortar en innovación y otras acciones en este sentido tienen consecuencias. Una de ellas es que los trabajadores son conscientes de estas acciones y les causa rechazo, les impulsa a retirarse o a colaborar mucho menos.
Como ejemplo, Simon habla de que Microsoft en el año 2006 quería vencer a Apple, pero Apple se centró en su causa, en la innovación que es su causa principal y su iPhone tuvo más ingresos que todos los productos de Microsoft.
Los líderes empresariales necesitan una causa justa que represente algo significativo por la que todos los trabajadores se puedan sentir comprometidos, se sacrificarán y lucharán.
Dicha causa justa lucha por la mayoría de los beneficios más allá de los inversores o socios. Por lo tanto, si tienes una empresa asegúrate de que tu causa tiene sentido y puede durar con el paso del tiempo, que puede resistir a los cambios de la economía, la política y la sociedad. Una vez identifiques una causa específica, compártela y comunícala. Recuerda, además, que los proyectos y las metas como trampolines hacia una causa finita.
En este sentido, es importante alimentar la causa justa y no a la empresa como tal. Dado que proporciona una ventaja competitiva y una fortaleza frente al resto de competidores.
Tener una causa justa ofrece resistencia a lo que él denomina deslizamiento ético y ayuda a reforzar una cultura sólida. Para ello, una buena alternativa es ver a los competidores como rivales signos.
Al contrario que los líderes de mente finita que anteponen las ventas y los resultados a sus equipos, los líderes con mentalidad infinita ponen a los empleados en primer lugar. Tratar bien a la gente trae múltiples beneficios culturales.
Cuando las empresas hacen que su gente sienta que importa, la gente se une de una manera que el dinero simplemente no puede comprar
EL JUEGO INFINITO ¿SABES A QUÉ ESTÁS JUGANDO? (GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO) DE SIMON SINEK
La confianza y la seguridad son dos bases motivadoras, mientras que el miedo repercute negativamente. Cuando un equipo se siente libre para poner todo su ser en el trabajo, comparten, colaboran, innovan, resuelven problemas y prosperan.
El miedo, la desconfianza y la presión indebida son cualidades propias de una cultura empresarial débil, enfatizan las reglas sobre las relaciones. En culturas fuertes las relaciones prosperan y las personas se sienten seguras.
A través de esta lectura, Simon Sinek refleja sus conocimientos y estudios sobre los líderes y empresas funcionales y disfuncionales, nos muestra cómo hacer un mundo en el que sentirse inspirado y realizado con el trabajo puede ayudar más de los que se piensa al bien común de una empresa y a su causa superior.
En las líneas del libro El juego infinito ¿Sabes a qué estás jugando? (gestión del conocimiento) discrimina cuando un juego es finito o infinito y alude al ejemplo del partido de fútbol: un partido de fútbol puede ser un juego finito, porque se trata de ganar, pero una liga de fútbol es un juego infinito, porque los jugadores intentan permanecer en el juego, lo que solo pueden hacer ganando un juego finito tras otro.
En resumen, crecer y ganar dinero no constituye una causa finita, porque carece de significado y fomenta comportamientos equivocados.