La planificación y reparto de tareas es uno de los pilares fundamentales para el éxito de cualquier empresa, y la tuya no es una excepción. Tienes a tu disposición un excelente equipo humano, así que aprovecha sus habilidades y organiza las diferentes tareas para que cada empleado aporte su granito de arena a la causa. Sin embargo, muchos directivos no saben cómo asignar las tareas en un equipo de trabajo para optimizar sus recursos humanos. Vamos a descubrir cómo hacerlo.
La asignación de tareas no es algo que podamos hacer al azar. Incluso en situaciones de emergencia deberíamos seguir una serie de criterios para tomar la decisión adecuada y acertar con la elección. Hay 4 claves para distribuir tareas en una empresa, y siguiéndolas serás capaz de dar con el empleado o el equipo de trabajo adecuado para desarrollarlas.
Hay una última variable que deberías tener en cuenta, el interés personal de los trabajadores. Lo ideal es asignar tareas en función de la eficacia esperada y de las preferencias de los empleados. Lo que más les gusta hacer. No siempre es posible, pero si le asignamos a un trabajador una tarea que le guste estará más motivado, el resultado será mejor y el empleado se sentirá más identificado y agradecido con la empresa. En casos de urgencia extrema, evita asignar la tarea al primero que veas y apuesta por la persona con la experiencia adecuada para resolverla con éxito.
Para poder organizar las tareas de equipo, lo primero que deberías hacer es diseñar la estrategia que seguirás para conquistar la meta de la empresa. Debes tener claro el objetivo final de las tareas, ya que deberás transmitírselo a los trabajadores o equipos encargados de desarrollarlas. En esta fase inicial también deberías tener claro los posibles problemas que puedan aparecer para que el equipo esté atento y sea capaz de afrontar y superar los potenciales peligros. En esta fase inicial también debes establecer las prioridades.
Siguiendo los criterios vistos anteriormente, se asignarán las diferentes tareas. Tan importante es explicar bien las tareas como el contexto en que se desarrolla, las razones que llevan a hacerlas. En esta fase hay que ofrecer al equipo de trabajo los recursos necesarios para completar la tarea (humanos, materiales, temporales) y establecer los criterios de seguimiento de la tarea. Es muy importante asegurarse de que el trabajador lo tiene todo claro. Hay que estar abiertos a preguntas y propuestas de la plantilla.
Una vez asignada la tarea, y hasta que se cumple el plazo, es imprescindible hacer un seguimiento para analizar la evolución de la tarea y los imprevistos que puedan surgir. El equipo al que se ha delegado la tarea tiene autonomía, pero debe reportar las incidencias a la dirección. No hay que ser excesivamente pesados en el seguimiento, pero sí que es necesario hacerlo para detectar problemas o errores y subsanarlos cuanto antes para no comprometer en exceso el éxito del proyecto.
En este sentido, contar con un software de gestión de tareas ayuda, y mucho, al seguimiento de tareas. A la hora de gestionar proyectos y organizar las tareas del equipo ofrece a los directivos una gran cantidad de facilidades para llevar el control horario del proyecto, asignar tareas o realizar el propio seguimiento desde una misma aplicación y con total comodidad. Todo ello, acompañado de la generación de informes o la asignación de costes por hora de cada trabajador para facilitar el cálculo de nóminas.
Por último, hay que analizar el resultado cuando la tarea haya finalizado. Hay que dejar claro que una cosa es el resultado y otra el proceso, y en este caso se estudia el resultado final. Si se han cumplido los objetivos, hay que felicitar en público al equipo elegido para completar la tarea. Si no se ha alcanzado la meta, las críticas se harán en privado. Hay que analizar dónde estaba el error, si se han asignado las tareas al equipo de trabajo adecuado, si tenían medios suficientes, etc. para evitar que la situación no se repita en el futuro.