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La resolución de conflictos laborales: tipos y gestión

¿Cómo gestionar correctamente un conflicto laboral? ¿Cuáles son las causas que los general? ¿Y sus características? ¡Te lo contamos todo!

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Marcos Lopez

HR Consultant

Conflictos laborales

16 de noviembre, 2021

Desgraciadamente, los conflictos laborales existen, ¡pero es totalmente normal! Según el Instituto Nacional de Estadística los españoles solemos pasar una media de 38 horas a la semana en el trabajo. Eso son muchísimas horas juntos, en las que se comparte espacio y tiempo con compañeros y compañeras de todo tipo, cada uno con sus características y personalidades. Es por ello que se pueden llegar a originar conflictos laborales, algo bastante común. La mejora de la gestión de estos conflictos influirá positivamente en el desarrollo del día a día y en la experiencia de los empleados en la empresa.

¿Qué es un conflicto laboral?

Se entiende como una disputa o un desacuerdo entre miembros de una organización, causada por la discrepancias de opinión. Aunque estas discrepancias también pueden darse hacia la organización u administración de la empresa.

En realidad esta se trata de una definición bastante vaga, porque los conflictos laborales pueden ser de muchísimas formas posibles. Desde conflictos de intereses, choques de caracteres, asperezas entre compañeros… Lo único común que tienen todos estos conflictos es que se dan en el ámbito laboral.

¿Cómo son los conflictos laborales?

Como hemos dicho, existen muchos tipos de conflictos laborales, pero suelen compartir una serie de características comunes:

  • Son necesarios: son imprescindibles para el crecimiento de la empresa y el crecimiento profesional del empleado.
  • Son potencialmente peligrosos: pueden ser beneficiosos o perjudiciales. Si no se atajan a tiempo pueden ser un riesgo para las empresas.
  • Son inevitables: no se puede pretender que jamás existan desacuerdos porque son algo normal entre las personas.

¿Qué tipos de conflictos laborales existen?

Existe una clasificación de conflictos laborales según sus características que te ayudará a tratar de gestionarlos de la forma correcta. Además, es importante saber que un conflicto puede empezar siendo de una tipología y virar a otra. Por ejemplo: María no trata bien a Lucía porque piensa que la empresa le otorga un trato de favor por ser familiar de uno de los directivos, y esto afecta a la relación de ambas. Por lo tanto, lo que empezó con un conflicto de intereses termina siendo un conflicto de relación.

Según las partes implicadas

¿Cuántas personas hay implicadas en el conflicto? ¿Cuáles son sus cargos? Por lo general, existen 6 tipos de conflictos de trabajo según las partes implicadas.

  • Intrapersonales.
  • Interpersonales.
  • Intragrupales.
  • Intergrupales.
  • Interorganizacionales.
  • Colectivos.

Según las causas

También se pueden organizar según su origen:

  • De información.
  • De relación.
  • De intereses.
  • De recursos.
  • De estilos.
  • De percepciones.
  • De metas.
  • De presión.
  • De roles.
  • De diferencias en los valores personales.
  • De políticas impredecibles.

Según su naturaleza

Estas se entienden como las características intrínsecas del conflicto, pueden ser:

  • Falsos, sin base objetiva.
  • Verídicos, con base objetiva.
  • Contingentes, se detectan en fase temprana y no son graves.
  • Desplazados: existen un problema sin importancia del que subyace uno más complejo.
  • Mal atribuidos: las partes no son conscientes de que existen luchas de intereses.

Según las consecuencias para la empresa

¿Se tratan de conflictos perjudiciales para la empresa? No siembre debe ser así, y se pueden clasificar en:

  • Funcionales: se busca alcanzar un objetivo de interés para la empresa.
  • Disfuncionales: no buscan que la empresa avance.

¿Cómo gestionar un conflicto laboral?

En los casos en los que no sea posible prevenir un conflicto laboral tendremos que pasar a la acción y buscar una resolución. Para ello, existen algunas claves a la hora de proceder a la resolución de conflictos laborales.

  • Conocer el problema.
  • Preguntar al resto de compañeros, aunque no estén implicados de forma directa.
  • Reunir a los involucrados y fomentar el diálogo.
  • Tomar una decisión: se intenta que satisfaga a ambas partes y que no sea perjudicial para la empresa.
  • Elaborar un plan de acción: con el objetivo de que no se vuelva a repetir la acción y se prevenga en un futuro.

Es importante tener en mente que no hay buenas soluciones rápidas para problemas complejos. Las soluciones vienen tras el análisis y la mediación, por lo que es posible que la resolución de un conflicto laboral lleve su tiempo, suele ser así en situaciones complejas en las que también se involucran emociones personales.


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