Dentro de el mundo empresarial la figura del empresario cobra vital importancia. Se trata de aquella persona que se ocupa de la dirección y gestión de la empresa, industria o negocio. Esta persona lleva el control estratégico, por lo que toma decisiones para fijar objetivos de producción y establecer los medios necesarios para alcanzar los objetivos.
La palabra empresario proviene de la época medieval francesa, en la que se les denominaba entrepeneur a aquellos que se encargaban de los factores de producción. No obstante, no debes caer en el error de pensar que todos los empresarios son emprendedores, puesto que un empresario puede haber comprado o heredado una empresa, sin la necesidad de haber emprendido. Un emprendedor está asociado a la acción de asumir el riesgo de lanzarse a un proyecto, mientras que un empresario se trata de la figura de la toma de decisiones.
Lo primero que debes saber es que la figura del empresario puede ser una persona física o un sujeto jurídico, por lo que puede desempeñar su tarea tanto de manera individual como colectiva. El empresario/a actúa en representación de la empresa, ya no solo por su representación legal, sino porque se trata de su propietario.
Las actividades y acciones del empresario/a pueden darse tanto dentro como fuera de la empresa:
Por lo general, pueden distinguirse tres clases de empresarios diferentes, dependiendo de la forma en la que se relacionan con las diferentes operaciones de la empresa.
Además de sus cualidades en la gestión y su capacidad estratégica, las aptitudes del empresario van más allá. Algunas de ellas son: